Dante Gobet
martes, diciembre 23, 2008
Una noche, después de mucho freír hamburguesas, Dante Gobet atinó a escribir:
Dante Gobet cerró el cuaderno, pero no pudo dejar de pensar en la obviedad de la frase de Nietzsche.
No soy músico, ni cantante ni artista. Sin embargo, mi vida está atestada de música. De hecho, a ésta la interpreto como una banda sonora. Es como si cada momento de mi vida tuviera una canción.
Algunos podrán decir que soy una de aquellas personas melómanas que pecan de obsesivas, pero no me considero un amante de lamúsica. O sea, en cierto modo lo soy pero, pensando fríamente, soy un amante infiel y promiscuo, pues escucho esto, pero también aquello. No me importa si son de The Beatles o de Led Zeppelín, ni tampoco si son en inglés, francés o castellano. Las canciones las integro a mi vida de manera que constituya un elemento tan vital como el agua con el que me hidrato, o el oxígeno con el que respiro.
Así es cómo evalúo el arte de la música, y no creo que la sobrevalore. Al contrario, la estimo como se merece: como la mujer que le da sentido a mi existencia.
Con estas palabras quizás recuerden la legendaria concepción que Friedrich Nietzsche tenía de la música: “Sin la música, la vida sería un error”.
Dante Gobet cerró el cuaderno, pero no pudo dejar de pensar en la obviedad de la frase de Nietzsche.