Radioheadicción

El blog de una radioheadicta

Dante Gobet

martes, diciembre 23, 2008
Una noche, después de mucho freír hamburguesas, Dante Gobet atinó a escribir:

No soy músico, ni cantante ni artista. Sin embargo, mi vida está atestada de música. De hecho, a ésta la interpreto como una banda sonora. Es como si cada momento de mi vida tuviera una canción.

Algunos podrán decir que soy una de aquellas personas melómanas que pecan de obsesivas, pero no me considero un amante de la música. O sea, en cierto modo lo soy pero, pensando fríamente, soy un amante infiel y promiscuo, pues escucho esto, pero también aquello. No me importa si son de The Beatles o de Led Zeppelín, ni tampoco si son en inglés, francés o castellano. Las canciones las integro a mi vida de manera que constituya un elemento tan vital como el agua con el que me hidrato, o el oxígeno con el que respiro.

Así es cómo evalúo el arte de la música, y no creo que la sobrevalore. Al contrario, la estimo como se merece: como la mujer que le da sentido a mi existencia.

Con estas palabras quizás recuerden la legendaria concepción que Friedrich Nietzsche tenía de la música: “Sin la música, la vida sería un error”.

Dante Gobet cerró el cuaderno, pero no pudo dejar de pensar en la obviedad de la frase de Nietzsche.

Podría seguir esperando, pero ya no será necesario!

lunes, diciembre 15, 2008
Han sido tantos los años que he esperado con paciencia, que tres meses de víspera no son nada. Es poco contingente escribir sobre esto ahora, pero no lo hice antes porque no me sentía preparada. Aunque, de todos modos, no me atreveré a escribir nada aún, porque supongo que no es lo suficientemente "apropiado".

Más vale esperar hasta marzo.

(Re)cuerdos

domingo, diciembre 07, 2008
No tengo nada en la cabeza. Físicamente sí, pero no hay ideas dentro de ella. Tengo que escribir algo, pero sólo logro escribir acerca de lo que no se me ocurre escribir.

El papel es ilimitado, la tinta también lo es, pero mi mente está vacía y, peor aún, desorbitada. Pienso en algo que pueda inspirarme, mas sólo soy capaz de remontarme a mi pasado sutilmente cercano, a ése que preferiría no tener, no porque me condene, sino porque me aflige.

¿De qué sirve tener recuerdos si no ayudan a vivir el presente, ni menos a pensar en lo que vendrá? He oído decir que "sin pasado, no hay futuro", pero yo no encuentro que aquello tenga sentido. El pasado ya fue y por ello no significa que repercuta en el ahora. Si es así, es porque nosotros mismos hemos provocado al ayer para que conspire con el hoy.

Yo tengo muchos recuerdos en mi cabeza, no lo niego, pero en vez de ayudarme a resolver dudas e incertezas coyunturales, me desorbitan aún más, a la vez que me ingresan a una cuarta dimensión que preferiría no conocer, ni por ti, ni por mí ni por nadie.